En las últimas dos décadas la comunidad científica y médica en todo el mundo ha dedicado muchas horas a estudiar la equitación terapéutica, sus beneficios, sus fundamentos y los diversos ejercicios de estimulación que logren la máxima rehabilitación del paciente, a continuación se muestran algunos de los factores que fundamentan la equinoterapia.

1) Movimiento tridimensional y rotativo. Observamos que los movimientos de una persona a caballo al paso, son casi idénticos a los de una persona caminando, ambos siguen el mismo patrón de movimiento en la pelvis humana y el tronco, mientras el jinete está sentado al centro de gravedad del caballo, movimiento que estimulan física y neurológicamente las áreas relacionadas con la marcha, en tiempo real y estimula la integración sensorial.

 

  • El paso del caballo afecta la pelvis humana y el tronco mientras monta sobre el caballo en movimiento.
  • El movimiento de cadencia del caballo de arriba – abajo debe ser contínuo y rítmico.
  • El movimiento lateral debe ser lado a lado con la misma amplitud.
  • La rotación ligera conforme la pata se mueve al ritmo del caminar.
  • La inclinación pélvica será anterior y posterior con una cadencia dependiente de la terapia del jinete.

El caballo debe desplazarse entre 45 y 60 pasos por minuto, generando dos medios ciclos, entrando en resonancia con el ritmo cardiaco, estos movimientos rítmicos transmiten al jinete entre 90 y 120 impulsos dependiendo de la edad del paciente estimulando física y neurológicamente todo el cuerpo humano.

Este proceso de estimulación produce endorfinas (droga de la felicidad) y minimiza la generación de narcanos, lo que favorece la sinapsis neuronal, permite que el cerebro identifique: músculos, miembros, órganos, etc. y principie a mandar instrucciones a éstos, favoreciendo el proceso de habilitación neuro-muscular, ya que en la gran mayoría de los casos el sistema nervioso no se ha percatado de la existencia de estos, o en el caso de daño neurológico la estimulación ecuestre propicia y fortalece la plasticidad cerebral.

2) Binomio hombre-caballo. La comunicación que se establece entre el jinete y el caballo está basada en la comunicación primaria que principalmente es afectiva, lo que estimula la autoestima y confianza del paciente, similar a la comunicación materna desde la concepción hasta el primer año de edad.

3) Influencia psicológica y Estimulación Neuro-Sensorial. Puesto que las terapias se efectúan  fundamentalmente en áreas abiertas y rodeadas de vegetación y existe convivencia familiar y con otros pacientes la terapia representa para el paciente unos momentos de entretenimiento y deporte permitiendo que éste no se sienta realizando una terapia y se obtenga toda su disposición para el aprendizaje, estimulando el cerebro mediante los 5 sentidos, la información propioceptiva y el equilibrio dinámico y estático, incrementamos las sinapsis neuronales de las diversas áreas cerebrales favoreciendo los procesos mentales complejos organizados en sistemas de zonas que trabajan concertadamente.

4) Estimulación de las moléculas de señalización. La equitación como deporte estimula las moléculas de señalización, estas derivadas de los aminoácidos que actúan como neuro-transmisores y neuro-moduladores en la sinapsis de las neuronas, en forma muy particular con la catecolamina, serotonina, dopamina, endorfina, noradrenalina y adrenalina, mielinizando las diversas áreas cerebrales, promoviendo la generación de procesos mentales, en especial de facultades mentales superiores, como la fijación de la atención, los mecanismos conscientes, las habilidades cognitivas finas, las que tienen que ver con la relación social y las que controlan la voluntad.

5) Modificación de la conducta de los padres y familiares. Mediante la equinoterapia los padres y familiares de los pacientes adquieren un sentido de confianza hacia ellos lo que les permite apoyarlos en su autodependencia y autoestima y con la ayuda de conferencias de psicólogos y profesionistas o triunfadores con capacidades diferentes, aumentar la confianza hacia el jinete para prepararlo para el futuro, invirtiendo en los familiares el proceso de proteccionismo por el de «Tu puedes».

6) Terapias alternas a caballo. Durante el desempeño de la actividad ecuestre y aprovechando su disposición para el aprendizaje, se efectúan actividades recreativas, culturales y ejercicios fisiológicos, kinesiológicos, psicológicos y neurológicos tendientes a mejorar su coordinación, respiración, desarrollo de los sentidos y habilidades del paciente.

No se recomienda que esta práctica se autodidacta y sin una previa capacitación adecuada ya que se puede dañar al jinete pues no se conocen todos los riesgos.

Desde el entrenamiento especial para el caballo.